por Eduardo Gudynas – El cambio climático también impacta muy cerca nuestro, en la Antártida. El aumento de la temperatura hace que se derritan sus hielos, y ese volumen es tan grande que contribuye a aumentar el nivel de los océanos, con todos sus efectos negativos.
El cambio climático está en marcha alimentando un encadenamiento de procesos. A medida que la temperatura promedio del planeta se incrementa, las grandes masas de hielo tienden a derretirse, y eso hace que el nivel de los mares se eleve. Entonces no puede sorprender que esto ocurra en un vecino muy cercano, la Antártida, ya que casi todo ese continente está recubierto de hielos.
Nuevos resultados muestran que nuestro vecino, allí donde está el Polo Sur, se ha convertido en uno de las principales fuentes de aumento de las aguas marinas. Se estima que en el período de 1992 a 2017, los hielos que se perdieron implicaron un aumento de los mares en 7,5 milímetros. Esto se suma a muchos otros indicadores que apoyan la evidencia de un cambio climático global en marcha.
Advierto aquí a quienes les resulte que ese número es pequeñito y que no debería mover a alarma, que este es un proceso que se debe mirar en el largo plazo. Basta que los océanos se eleven un metro para desencadenar todo tipo de problemas en los emplazamientos humanos costeros. Piense por un momento que sucedería en nuestras costas platenses y oceánicas si el nivel del mar está un metro más arriba del actual. Varias playas desaparecerían y en momentos de tormenta el agua llegará hasta los edificios costeros.
Además, los nuevos monitoreos en la Antártida sugieren que el derretimiento de sus hielos se está acelerando, y posiblemente se ha triplicado en los últimos años. La mayor pérdida ocurre en las áreas occidentales del continente, que son las que dan al Océano Pacífico y están enfrentadas al extremo sur de Africa y Australia. La contribución del continente al aumento del nivel marino estaría llegando a los 0,6 milímetros por año.
Lo que se observa son temperaturas más benignas sobre todo en otoño, invierno y primavera. Bajo esas condiciones otra consecuencia es que las áreas recubiertas de vegetación poco a poco avanzan. En la Península Antártica, la que se extiende más hacia el norte, los musgos se extienden a nuevos sitios, y con ello el color verde del paisaje reemplaza a los blancos y grises de los hielos y escarchas. Un análisis a partir de indicadores para los últimos 150 años, muestra un claro cambio cualitativo hace unos 50 años atrás, tanto en el nivel de crecimiento de los musgos como en la masa que se acumula.
Otros datos recabados en la Antártida confirman la preocupación frente al cambio climático. Los científicos tradicionalmente creían que una proporción relevante del dióxido de carbono (CO2) de la atmósfera era absorbido por los seres vivos en las aguas antárticas, y por lo tanto eran muy relevantes para amortiguar el avance del cambio climático. Sin embargo, los nuevos estudios señalan que posiblemente ese no sea el caso, y en realidad allí se absorben y se emiten volúmenes similares de CO2.
Los efectos del derretimiento de los hielos en la Antártida no pueden ser minimizados. No olvidemos que la masa de agua congelada allí es inmensa. El continente es mucho más grande de lo que usualmente se cree (tiene una superficie de unos 14 millones de km2, y por eso es mayor que, por ejemplo, Europa) y está casi todo recubierto por hielos. Se estima que un poco más de la mitad de toda el agua dulce disponible en el planeta se encuentra en esos hielos, y si todo eso se derritiera, el nivel marino subiría 58 metros.
Todas estas informaciones muestran que el cambio climático está operando aquí en el sur, muy cerca nuestro, y no es solamente una problemática del hemisferio norte. La Antártida, que en parte es un continente co-administrado por varios países sudamericanos (con presencia, por ejemplo de Uruguay, Argentina y Brasil), es un componente esencial en mantener los equilibrios ecológicos planetarios, pero está amenazada.
Si los países sudamericanos continúan sin reducir sus emisiones de gases invernadero, imitando la inoperancia de las naciones ricas, continuarán efectos como el aumento del nivel de los mares, con todos sus severos impactos. Es por ese tipo de razones que todos los países, sin excepción, deben actuar para frenar el cambio climático.
Para saber más:
Más informaciones, con videos de entrevistas y otros datos, en inglés, en: Sea level rise due to Antarctic ice melt has “tripled over past five years”, en Carbon Brief, aquí https://www.carbonbrief.org/sea-level-rise-due-antarctic-ice-melt-has-tripled-over-past-five-years
Sobre el balance de CO2 en los mares antárticos, ver Autonomous Biogeochemical Floats Detect Significant Carbon Dioxide Outgassing in the High-Latitude Southern Ocean, por A.R. Gray y colaboradores, en Gepphysical Research Letters, 14 agosto 2018, https://agupubs.onlinelibrary.wiley.com/doi/abs/10.1029/2018GL078013
La fotografía es un campo de muscos en la Isla Ardley en la Península Antartida, por Dan Charman, publicada en Nature, mayo 2017.
Publicado originalmente en la columna del autor en Montevideo Portal, el 10 setiembre 2018.