Para algunos, la VIII marcha de los pueblos indígenas del Tipnis (2012) fue el punto de inflexión en la firme posición del Gobierno por la defensa de la tierra, los postulados de la reserva moral.
Vamos hacer exploraciones en áreas protegidas, con mucha fuerza”, sentenció el presidente Evo Morales Ayma el pasado miércoles al confirmar la actividad hidrocarburífera en siete de las 22 áreas protegidas del país, cuya afectación es directamente a las comunidades y pueblos indígenas de tierras bajas. Dicha actitud paradójica, discursiva y hasta contradictoria con los postulados que el 2006 lo encumbraron al primer poder del Estado, es catalogado por los analistas como un proceso de distanciamiento de sus principios ideológicos, y sobre todo un alejamiento sistemático y profundo de su reserva moral: los pueblos indígenas.
“Esto no es más que la caída de una máscara indígena. Lo que ha sucedido en realidad es que nunca el presidente ha sido defensor de los indígenas, pero solo por razones electorales utilizó ese discurso en favor de la madre tierra y en defensa de los pueblos indígenas”, puntualizó Víctor Hugo Cárdenas, ex vicepresidente de la república de Bolivia.
Es más, señala el analista político Pablo Deheza, que la bandera indigenista como un fenómeno político, ha cumplido su propósito en el primer periodo del gobierno de Morales con la constitución del nuevo Estado Plurinacional. “Este giro discursivo que realiza el Presidente no es nuevo. Desde el 2009 ya es otro el discurso, dado que la bandera indigenista había cumplido sus objetivos para llegar y afianzarse en el poder en el primer periodo de gobierno”, puntualizó.
La temática en debate. El fenómeno discursivo e ideológico que lo encumbró a Evo Morales Ayma y el Movimiento Al Socialismo (MAS) en el poder el 2006, basada en la reivindicación indígena, la defensa de madre tierra (Pachamama) y la Asamblea Constituyente para el nacimiento de un nuevo Estado Plurinacional, según Fernando Untoja, representante aymara del partido AYRA, fue solo una “impostura”.
“Desde que subió al poder el MAS, denunciamos con mi partido AYRA que todo ese discurso de ser armonioso, reserva moral, entre otros, fue una impostura que convirtió el Estado Plurinacional como un contexto ‘imaginado’ con naciones y pueblos basados en un discurso colonial”, precisó Untoja.
En ese contexto, Rafael Quispe, diputado de Unidad Nacional y exdirigente campesino señala que el Presidente del Estado Plurinacional, ahonda más su distanciamiento del movimiento “indígena, campesino y originario” por una posición paradójicamente desarrollista e “incluso pro neoliberal”.
Además señala que la inflexión fue la VIII Marcha de los Pueblos Indígenas del Tipnis el 2011, con la represión en Chaparina. “Cuando pretende hacer la carretera del Tipnis, se le cae la cara de pachamamista e indigenista. Ahora es uno de los mejores gobiernos pro neoliberales, dejando a su suerte a los pueblos indígenas son objetos de permanente represión”, dijo.
A su vez, Cárdenas argumenta que evidentemente el Tipnis ha sido el mejor indicador de la actitud del gobierno y en particular de Evo Morales. Asimismo, señala que todo ello, actualmente ha generado una acción de “doble moral” del presidente del Estado, en distintos escenarios donde Evo Morales está presente.
“Vamos a las pruebas, Evo Morales nunca fue indígena, él viene de una escuela cocalera, sindical, antiimperialista e izquierdista, lo que ha provocado en el Chapare una sistemática agresión y expulsión de sus tierras a las comunidades indígenas del lugar”, puntualizó.
Lo indígena: discurso colonial.
Untoja en una posición más crítica, señala que el apelativo “indígena” como pueblo, como originario y campesino utilizado discursivamente por Evo Morales y el MAS, es además totalmente una postura “colonialista” con rasgos discriminatorios de grandes conglomerados humanos del país que tiene cultura, sus propias lenguas y organización sociopolítica. “En Bolivia no hay indígenas, el término utilizado es un discurso colonial. Aquí tenemos aymaras, mozetenes, quechuas, guaraníes entre otros, con lengua propia y cultura. Y el MAS los ha disfrazado como indígenas y los ha utilizado, dentro la lógica de la impostura del gobierno”, apuntó Untoja.
En ese contexto, el estudioso y analista de temas relacionados a los pueblos indígenas y campesinos de Bolivia, Javier Albó, señaló que el gobierno desde el Tipnis y ahora con los decretos que viabilizan la penetración de actividad hidrocarburífera en áreas protegidas, sienta en los hechos una contradicción entre lo que enuncia el presidente Morales y la realidad de su gestión. “Lo que sí está claro, es que en Evo hay una contradicción. Falta saber si esa paradoja tiene un alcance coyuntural o forma parte ya de un viraje definitivo que da el gobierno”, sustentó.
Una visión menos dramática. En una mirada diferente a Cárdenas, Untoja y Quispe, el sociólogo Vladimir Medina señaló que el presidente Evo Morales al asumir el timón del Estado, cuya permanencia ya se aproxima a los 10 años en el poder, está en la dicotomía y la relación histórica de Estado versus los pueblos indígenas, escenario en el cual el gobernante se muestra con posiciones contradictorias, dado que ese contexto no habría cambiado en absoluto en los últimos años, ni constituyendo como país plurinacional.
“Hay contradicciones de visión entre el Estado, dueño de los recursos naturales, y la demanda de supervivencia de los pueblos indígenas. En ese escenario el Presidente como expresión del Estado, le cuesta encontrar una articulación válida de las dos cosmovisiones. Lo otro, son solo apreciaciones políticas”, señaló Medina.
Marcos Gandarillas, investigador y director del Centro de Documentación e Investigación de Bolivia (CEDIB), señaló que de cualquier manera, la posición del gobierno respecto a las áreas protegidas, ha abierto un frente de conflicto político que ahonda más el distanciamiento originado el 2011 con los pueblos indígenas del Tipnis.
Los expertos describen el viraje de Evo
Dilema
El repentino cambio de discurso del presidente Evo Morales, según los analistas es atribuido también al momento de desaceleración económica que vive el entorno regional como efecto de la caída de los precios de las materias primas y la compleja situación de las inversiones que se presenta para países como Bolivia.
“Lo que no se puede bajo ninguna circunstancia evitar es que Bolivia es un país extractivista, dado que la economía depende de la renta gasífera. Además de ello esa política hidrocarburífera depende del Estado y la necesidad de inversión en exploración hoy más que antes es un imperativo. Entonces el viraje que da Evo, hay que entenderla en ese contexto”, explicó el sociólogo y analista Vladimir Medina.
Actitud.
En cambio, Quispe, Cárdenas y Untoja señalan que el accionar del presidente Evo Morales, responde a su origen político, cuyo liderazgo emergió en los sindicatos cocaleros del Chapare. Apuntan además que con el paso del tiempo y la coyuntura sociopolítica neoliberal que llegó a su colapso a inicios de anterior década, él emergió junto al MAS utilizando discursivamente lo indígena, originario, campesino y lo plurinacional.
Derecha.
En ese contexto, los analistas también coinciden que el presidente Evo Morales, sostiene hábilmente su figura discursiva, en un escenario donde la oposición sencillamente está extraviada. Para ellos los pueblos indígenas, la Pachamama y lo plurinacional no figura ni en su más remota aprehensión discursiva y política.
Molestia
Los pueblos indígenas se ven aún más desprotegidos
Desconcierto.
La Asamblea del Pueblo Guaraní (APG), se ha manifestado en los últimos días muy contrariado con la actitud del presidente Evo Morales que ha reafirmado lo que señala el DS 2366 que las tareas de exploración en las áreas protegidas no se detendrán. “Por ejemplo en el parque Aguaragüe, hay al menos 32 pasivos ambientales sin tratamiento que atentan la salud de nuestras familia, con deformación en niños recién nacido e incluso animales. ¿Dónde queda la vida de nuestros hermanos, los derechos humanos?. Nos tiene muy preocupado, con todo esto a dónde llegaremos”, cuestionó Celso Padilla, presidente de la Nación del Pueblo Guaraní.
Clamor.
Padilla reafirmó que no son las ONGs los que se oponen a la actividad hidrocarburíferos, sino son los propios pueblos indígenas, por lo que imploró al gobierno hacerse eco de las palabras del papa Francisco. “En su encíclica el Papa dice que la hermana tierra está gimiendo como muchos abandonados del mundo. Él hace un llamado a todos los gobiernos, sus habitantes a defender el planeta tierra”, puntualizó.
Afectación. La mayor actividad hidrocarburífera del país está en el Chaco boliviano donde se encuentran asentados los pueblos guaraníes, dispersos en tres departamentos: Tarija, Chuquisaca y Santa Cruz. “Somos nosotros, la nación Guaraní y los pueblos indígenas los afectados”, finalizó Padilla.
Punto de vista
“Postergar el discurso pachamamista es relativo”
Pablo Deheza. Analista Político
“La bandera indigenista cumplió sus fines durante el primer periodo de gobierno. Ya en la segunda gestión, una vez aprobada la nueva Constitución Política del Estado (CPE), el presidente Evo Morales y el MAS están en la obligación de ya no atender las reivindicaciones sectoriales sino atender el manejo y la modernización del Estado.
En ese contexto, es inevitable que el Gobierno tenga que asumir un discurso que tenga que ver con el desarrollo económico. Entonces la bandera indigenista fue útil para llegar y afianzarse en el poder.
Sin embargo, esto no es definitivo. El discurso indigenista sigue siendo parte importante del repertorio discursivo del gobierno, esto es algo que no hay que perder de vista.
Eso significa que el MAS, entre las estructuras políticas relevantes que hay en el país, es el que mejor enarbola este discurso, pese a que por ahora pareciera postergado. Las prioridades del gobierno que hoy pasan por la economía, dado que no está fácil de aquí a cinco años, el presidente Morales, opta por buscar cómo mantener una posición distinta. Más aún cuando los ingresos y la renta petrolera dependen de recursos hidrocarburíferos que están bajo tierra.
Ahora, eso de postergar el discurso ‘pachamamista’ como refiere algunos políticos, también es relativo. En eso el MAS, a diferencia de otros partidos políticos, independientemente si son opositores, sigue enarbolando mejor la defensa de la tierra.
En ese contexto, políticamente el MAS está en un juego de equilibrio. Efectivamente pierde en esos sectores indígenas, pero también gana con el discurso desarrollista que es lo que la clase media demanda”.
Reproducido de un reporte en el periódico El Día, Santa Cruz (Bolivia).