El 43% del agua se pierde antes que llegue a los hogares colombianos. Mientras a los consumidores les impondrán multa por sobreuso del agua, como mecanismo para reducir el despilfarro en una época en la que el fenómeno del Niño ha disminuido la disponibilidad del vital líquido, el 43 por ciento del agua que se potabiliza en el país, se pierde antes de llegar a los grifos de los hogares colombianos.
El fenómeno tiene triple impacto: se está perdiendo un líquido escaso por el que se han invertido millonarias sumas para su tratamiento y la gente de 130 municipios de 10 departamentos se mueren de sed.
La Guajira, con 15 municipios, es el departamento con mayor porcentaje de pérdidas (83 por ciento) lo que resulta impensable en una región en la que la continuidad en la prestación del servicio está entre las más bajas, entre 0 y 7 horas diarias.
En pleno siglo XXI, apenas se está hablando de un avance del 75 por ciento en su acueducto y de 42.000 personas, de una población total de 208.000 que recibirán por primera vez una gota de agua a través de la tubería.
Le siguen San Andrés y Providencia (79 por ciento), que no tienen fuentes de agua dulce; Magdalena (60 por ciento de pérdidas), otra región sedienta, cuya capital, Santa Marta, es una de las grandes áreas urbanas con problemas de continuidad en la prestación del servicio.
También están entre los de mayores pérdidas del líquido vital Guaviare y Arauca con 57 y 56 por ciento, mientras que en la capital del país el nivel de pérdidas llega al 36 por ciento, frente al 30 por ciento que es el aceptable.
Estos son algunos de los detalles que revela el estudio preparativo de la ‘Estrategia Nacional para el desarrollo de la Infraestructura’, elaborado por la Superintendencia de Servicios Públicos, para Planeación Nacional (DNP).
Las pérdidas de agua, según expresa Simón Gaviria, director del DNP, se deben a dos factores cuya participación en el problema no está identificada debido a la falta de seguimiento. “Una es técnica, por razones como el mal estado de la red, por ejemplo. La otra es comercial, ligada al hurto y las conexiones ilegales”, comenta.
Por el fenómeno climático que se tiene ahora y que se extenderá, al menos hasta el primer trimestre del año anterior, existe un mayor riesgo de escasez de agua, afirma Mary Luz Mejía de Pumarejo, directora de Acodal (gremio de empresas de servicios públicos domiciliarios).
“No podemos seguir acudiendo a soluciones de emergencia, porque los fenómenos climáticos regresan. Es necesario crear una institucionalidad que lleve el tema al nivel superior, como la Agencia Nacional del Agua, en la que tengan asiento ministerios como el del agro, vivienda, ambiente y minas, y sea coordinada por Planeación Nacional”, sostiene.
Cifras inauditas
El estudio de la Superintendencia de Servicios no solo aborda las pérdidas, sino que identifica varios problemas, además de las cifras del sector.
Por ejemplo, hoy la cobertura en la prestación del servicio de agua potable en las áreas urbanas es del 97 por ciento, mientras que en la rural es 73 por ciento, cifra que se alcanza, contando fuentes alternativas de suministro, como pozos y carrotanques. El panorama en el campo se agrava si se tiene en cuenta que el 58 por ciento del agua disponible no es apta para el consumo humano.
Dentro de las metas del Milenio para Colombia, establecido para este año, el área urbana debería llegar a una cobertura de acueducto del 99,4 por ciento y en el sector rural del 78 por ciento.
El aspecto financiero se atraviesa allí, pues, según el estudio solicitado por Planeación Nacional, se requieren 44,8 billones de pesos en la próxima década para “lograr coberturas universales de agua potable y alcantarillado en áreas urbanas y rurales, y tratar el 50 por ciento de las aguas residuales”.
Se estima que cerca de 34,8 billones de pesos tendrían financiamiento, pero faltarían unos 9 billones que para conseguirlos se está pensando en el esquema de las Alianzas Público Privadas (APP).
Soluciones a corto plazo
En cuanto a las pérdidas de agua, la expectativa es que, desde el 1.° de enero del 2016, cuando entre en vigencia el nuevo marco tarifario, también se inicie un seguimiento para identificar las fugas del líquido.
De igual manera, según Planeación Nacional, se alistan motores para identificar e implementar soluciones en áreas rurales de departamentos como el Amazonas, de manera que pueda llevarse el agua con alternativas tecnológicas distintas a las del acueducto y alcantarillado tradicionales, dadas las características de esta zona.
Para Mejía de Pumarejo, se necesitan estrategias para que se amplíe la prestación del servicio a través de un esquema regional.
“Ni los pequeños ni los grandes quieren operar en un municipio como Tamalameque, porque les resulta poco rentable. Se necesitaría una política nacional que contenga dos elementos: un incentivo y una obligatoriedad para garantizar que se preste el servicio a los pequeños municipios, en un paquete regional”.
Basado en un reporte de El Tiempo, Colombia, aquí…