Argentina: contaminación del Riachuelo sin solución

Un comité de expertos presentó ayer en la biblioteca de la Sociedad Científica Argentina un lapidario informe sobre el avance del saneamiento del Riachuelo ordenado en 2006 por la Corte Suprema de Justicia de la Nación.

Los especialistas (médicos sanitaristas e ingenieros civiles y químicos, entre otros) realizaron un trabajo de monitoreo externo de las medidas adoptadas por la Autoridad de Cuenca Matanza-Riachuelo (Acumar) en el que se destaca que aún no se sabe qué es lo que contamina el río ni cuál es la población que está en riesgo ni se han instrumentado medidas para atender sus necesidades de salud.

Sostuvo Raúl Estrada Oyuela, de la Asociación de Vecinos La Boca y participante del monitoreo: «Ni la remoción de naves abandonadas ni la limpieza de las costas y el espejo de agua ni la relocalización de personas que habitaban las riberas en condiciones precarias ni la apertura del camino de sirga resuelven el problema central del río, que es la contaminación de sus aguas y su lecho. Si todas esas tareas se realizan con éxito pero el Matanza-Riachuelo sigue contaminado, subsistirán los riesgos para la salud humana y posiblemente en menos de una década retornarán a las riberas el deterioro actual y los asentamientos precarios, porque no habrá progreso edilicio si no se extirpa la causa principal de la contaminación».

Enrique Inhouds, ingeniero civil e ingeniero sanitario y ex consultor de la OPS/OMS, afirmó: «Los niveles de calidad de agua que en otros países fueron establecidos hace casi cuatro décadas se encuentran notablemente por encima de los que han fijado las resoluciones de la Acumar».

Alejandro Malpartida, doctor en Ciencias Naturales, opinó que «el nivel que establece [la Acumar] para el uso de las aguas […] «sirve para justificar» los niveles más degradados de calidad de las aguas» y que «las concentraciones de contaminantes asignados son de lo más permisivas».

Y Juan Moretton, profesor de Higiene y Sanidad, Farmacia y Bioquímica de la UBA, sostuvo que «se ha establecido un criterio acerca de la calidad de agua aceptable para toda la cuenca que pareciera destinado a mantener o incrementar el riesgo tóxico».

 

Reporte en La Nación, Argentina, aquí…