por Frank Bracho -Desde su lanzamiento en 1970 el Día Mundial de la Tierra se ha convertido en una gran celebración multicultural del activismo ecológico en pro del Planeta. En la proximidad de dicha celebración conviene pues reflexionar sobre sus fines y fortalecer dicho compromiso; incluso enfatizando más claves vertientes de los mismos -como la de su basamento espiritual!
Lo que hoy se conoce como “ecología”, proviene de las raíces griegas: “eco” ó “oikos” -que significa “casa”; y “logia” -“estudio de” o “ciencia”. En otras palabras: “ciencia de estudio de la casa”. Entendiendo por “casa” todo el gran hábitat o medio natural o Naturaleza, en que vivimos o del que somos parte. Una noción pues que va mucho más allá de “la casa” de hoy -como edificación-vivienda particular o personal entre cuatro paredes en que usualmente habitamos –con frecuencia a espaldas de o en contra del gran Hábitat u Oikos Natural !
Entendida según lo anterior, la ecología, pues, es en verdad es algo inherentemente requerido o una necesidad vital -y algo ciertamente atinente a todos o de interés “universal”!
A pesar de su vinculación con el ancestral idioma griego y toda la aureola de sabiduría antigua que ello pudiera brindarle, la palabra “ecología” sin embargo es más bien de reciente composición. Fue acuñada por el zoólogo alemán Haeckel en 1869. Por tanto, no es tan antigua como la emparentada y más conocida palabra “economía”; la cual SI proviene directamente del griego clásico y del tiempo de éste. “Economía” por su lado significa: “administración” –de la raíz “nomos” de “la casa” –de la raíz “oikos”.
Lo cual parece plantearnos ya una clave muy interesante: ¿Por qué no hubo necesidad en la antigua Grecia de una palabra como “ecología” pero si de la palabra “economía”? Es de sospechar que para los antiguos griegos -más en comunión con el Hábitat Natural o Naturaleza que los modernos -como fue el caso de la mayoría de las culturas del pasado- por ya cuidar suficientemente de dicho hábitat–como parte consustancial de su vida cotidiana o identidad-no tenían tanto que “estudiarlo”-como si han tenido que hacerlo hoy los re-descubridores modernos!
Aún más: nótese que la palabra “economía” -según el significado que se le asignó en su origen- habla de una relación “administradora” con el hábitat natural –que NO “propietaria” o “explotadora-dilapidadora” como la que hoy tiende a privar en la moderna práctica de la economía -como resultado de una muy estrecha o interesada concepción de la noción de “administración” ! Ésta, para los antiguos, tenía una fuerte connotación de ser “custodios de” un patrimonio heredado o encomendado, sobre el cual había que rendir cuentas a “algo superior” –fuesen los dioses, El Cosmos, las Leyes del Orden Natural, o un Dios único. En otras palabras: era algo que iba mucho más allá que “administrar lo meramente mío”…y “solo según lo que a mi parezca o convenga para enriquecer mi bolsillo” ! De tal tipo de premisas ha provenido el gran desvarío anti-ecológico de la economía moderna, el cual ha llegado a su máximo paroxismo con ese gran “altar–camisa de fuerza” que ha sido el PTB –un sistema de “supremos” criterios o cuentas nacionales enmarcadoras que solo se preocupa por “el valor monetario de todo lo producido o consumido en un país” –sin tener en cuenta los efectos de ello sobre el ambiente y la calidad de vida !
Consideración ésta que nos lleva a comentar la gran anti-ecológica cola que ha habido en el mundo de una similar errónea interpretación del mandato del capítulo de “El Génesis” en La Biblia que –palabras más palabras menos según las diversas imperantes traducciones del original- dice que Dios dijo a los humanos: “Id a ejercer dominio sobre todos los bienes y criaturas de mi Creación, etc. ”. Soslayando que tal tipo de mandato en el sentido antiguo no era ninguna licencia para desbocarse en una inescrupulosa explotación humano-céntrica o antropocéntrica de La Naturaleza, sin ningún límite, sino que, por el contrario, fue más también un mandato de “administración fiduciaria” o de “responsable cuido; en el contexto del Orden de la Creación!
Ha habido sin embargo otras más categóricas enseñanzas cristianas antiguas sobre el respeto que le debemos al oikos natural…Como la del Antiguo Testamento que dice “Dios traerá la ruina de los que han arruinado a la tierra”; o las frecuentes parábolas de Jesús en El Nuevo Testamento basadas en la sabiduría del mundo natural como obra de Dios -el mismo Jesús escogió como lugares preparatorios de su climático vía crucis a santuarios naturales como el desierto y el Jardín de Getsamaní;…o como las predicas de San Francisco de Asís; incluyendo su bello Cántico del Sol y las Criaturas;..y hasta las apariciones de La Virgen -tan usualmente vinculadas a escenarios naturales o símbolos de la Naturaleza!. Pero todas estas otras enseñanzas también parecen haber sido crasamente desdeñadas por el infortunado “maridaje” o “vista gorda” que ha tenido la práctica del cristianismo con la inescrupulosa y egoístamente antropocéntrica cultura económica moderna !
Por ello, un papa reformista y actualizador como Juan Pablo II dedicó una significativa parte de su prédica a subrayar la importancia del respeto a la Naturaleza -a la luz de los verdaderos valores cristianos o de Dios….Señalándonos no sólo que la contaminación o destrucción de la Naturaleza es “un serio pecado”, sino también impartiéndonos severas advertencias como la siguiente:“El hombre cree que puede disponer arbitrariamente de la Tierra, sometiéndola sin reservas a su voluntad, como si ella no tuviese una fisonomía propia o un destino anterior dados por Dios….El hombre suplanta a Dios y con ello provoca la rebelión de la Naturaleza”!
Su antes cercano colaborador y posterior sucesor Benedicto XVI también lo hizo con propios señalamientos como el siguiente: “Juntos podemos proclamar que Dios existe y puede ser conocido, que la tierra es su creación, que nosotros somos sus criaturas, y que Él llama a que todo hombre o mujer tenga un estilo de vida que respete su designio del mundo”!
Por su parte, en la última gran reunión inter-religiosa internacional en Asís convocada por el Papado, el Cardenal Turkson, Jefe del Concilio Pontificio para la Justicia y la Paz, dijo: “La fuerte competencia entre los pueblos por los recursos naturales en un mundo acosado por el cambio climático amenaza con acabar con el tejido de la sociedad humana, y devastar al propio orden de la Creación que San Francisco alabara en su “Cántico del sol”.
Y el nuevo Papa Francisco quien se he dado a sí mismo como nombre apostólico al del nada menos y nada más antes mencionado Santo Patrono de le Ecología, y cuya primera gran encíclica de su papado este 2015 ha dejado saber se dedicará a la ecología, ha dicho ya también cosas sobre el Tema tan categóricas como las siguientes: “La naturaleza no es una propiedad de la que podamos abusar a nuestro antojo, ni mucho menos es la propiedad de unos pocos, sino un don de todos, que debemos custodiar. Si destruimos la Creación, la Creación nos destruirá a nosotros”
Asimismo el vocero del Consejo Mundial de iglesias Elías Crisóstomo Aboramides ha dicho: “El medio ambiente es la expresión de Dios y nosotros estamos destruyéndolo con la actividad humana. El problema no se arregla con tecnología. Es necesario preparar a la gente en las escuelas y las iglesias para enfrentarlo”
Sin embargo, la inquietud de los antes citados altos personeros de la Iglesia Católica y del vocero del ecuménico Consejo Mundial de Iglesias poco parece haber percolado hasta ahora hacía las filas de los prelados, religiosos y pueblo cristiano! Y el mundo sigue esperando por un cristianismo mucho más comprometido con la tan vital y universal causa ecológica!! Sin duda el nuevo Papa se ha percatado de tal gran brecha o deuda en el cristianismo; y de allí la promisoria prioridad pastoral y pedagógica que ha resuelto darle al vital Tema-campana que sin duda será de un gran oportuno impacto mundial !
Otras religiones o espiritualidades históricamente parecen haber sido más sensibles. Algo muy importante,..pues los fundamentos éticos de las principales culturas del mundo todo su quehacer –sea político. económico, social, o de relacionamiento con el ambiente- han, por lo general, reposado en las religiones o espiritualidades !
Años antes de que el mencionado zoólogo alemán acuñara el término “ecología”, desde el lado de la sabiduría indígena milenaria el gran indio Seattle había lanzado desde Norteamérica su famoso manifiesto que decía: “El hombre no tejió la trama de la vida, tan solo es una hebra de ella; por tanto cualquier cosa que le haga a la trama se la hará a sí mismo. La tierra no nos pertenece, nosotros pertenecemos a la tierra”. Manifiesto que, re-propulsado por un grupo de cristianos participantes del lanzamiento del primer Día de la Tierra en 1970, se convertiría luego en “la biblia” de un comprometido movimiento ecológico mundial devenido hoy en una fuerza cultural y política sin duda cada vez más formidable ! Interpretó Seattle así, en forma fiel y magistral, una sabiduría de la mayoría de los pueblos indígenas a lo largo del mundo que aún viven en cercana comunión con la Naturaleza a diferencia de los congéneres europeos o de otras culturas del mundo más urbanizadas; o más inmersas o alienadas en el imperante modelo de producción y consumo depredador o contaminante -y por tanto más insensibles a los valores ecológicos o del mundo natural !
Un particular buen resumen de la importancia que han atribuido las culturas indígenas al ambiente natural es la siguiente cita del cacique Oso Parado Luther: “Los antiguos dakotas eran sabios. Ellos sabían que cuando el corazón del hombre se alejaba de la Naturaleza se endurecía; ellos sabían que la falta de respeto por otros seres vivientes conducía pronto a la falta de respeto por los humanos también. Así que ellos mantenían a sus niños cerca de la gentil influencia de la Naturaleza”
El respeto a la Naturaleza en el caso de la espiritualidad indígena esta en general muy revestido de verla como Madre Naturaleza –vale decir como un ser vivo con el cual se tiene una estrecha comunión de pertenencia.Devoción que ha alcanzado pináculo en la noción de la “Pachamama” -tan popular en el mundo indígena suramericano –y a la cual se le vive permanentemente rindiendo oraciones y ofrendas de agradecimiento por todos sus dones. Como la siguiente conmovedora típica oración: “Santa Pachamama Tierra, eres mi madre. Recibe este ritual de ofrenda que te hago con todo mi corazón. Recibe, como benefactora de mis bienes y familia, esta expresión de amor. Acepta este sacrificio filial. Te honro con completa humildad, y no olvides recomendarme a El Sol para que Él pueda darme su luz y calor. Protégeme con lluvia para que pueda haber vegetación en abundancia, buenas cosechas, y mi ganado pueda multiplicarse. Y dame buena salud para que pueda servirte!”
Sabiduría ancestral indígena que como hemos dicho -a pesar de la gran socavación de la misma- permanece aún viva hoy en varias zonas del planeta –incluyendo algunas de nuestro propio país y continente….como un gran tesoro de saber para rehacer el camino de vuelta a la Naturaleza ! En nuestro caso venezolano somos muy afortunados por tener cerca de unas 40 culturas indígenas en nuestro territorio nacional aun “vivas”! Entre las cuales cabe destacar legados como los exquisitos ancestrales códigos de relacionamiento con la Naturaleza de culturas como la warao o la pemón –con muy sofisticados sistemas de “lo permisible, lo tabú y lo que hay que hacer para reparar lo dañado”- los cuales bien podrían calificar hoy como muy ejemplares sabios códigos ecológicos –solo para citar dos ejemplos !
Por otro lado, cabe desatacar que en la mayoría de las culturas indígenas del mundo palabras como “ambiente” o “ecología” –o sus equivalentes- en verdad ni siquiera existen !..Porque para la sabiduría indígena ancestral: “Todo es Uno y Todo está Vivo” !Vale decir: los seres humanos y todas las otras criaturas “somos uno con el ambiente” -en una relación de estrecha interdependencia o fusión. Una gran enseñanza para mostrarnos por qué la ecología es en verdad una necesidad inherente a nuestro propio Ser !
Pero es que además somos, más allá de colores y culturas, parte de una misma especie que habita en un mismo planeta. Especie a la cual se llamado “homo sapiens” –aunque hoy parezca más un “homo brutus”. Y especie a la cual a su vez le toca compartir el mismo ambiente natural con millones de otras especies. Vale decir que en números no somos sino apenas una en un vasto conjunto de otras muchas más especies: incluyendo plantas, animales vertebrados e invertebrados, microrganismos de todo tipo, etc., etc. Todas ellas en un mismo planeta –ligado a su vez al resto del Universo. Por todo lo cual, lo ecológico debería ser y es en verdad de interés universal !!
Ciertamente que junto a todas las otras diferentes criaturas- dependemos de una misma tierra para alimentarnos, respiramos un mismo aire, ingerimos una misma agua, nos cargamos de una misma luz, habitamos en un mismo espacio, en un gran oikos común !
Por otro lado, como la especie o criatura más evolucionada en la obra de El Creador que somos los humanos, nos corresponde un especial deber de asumir una responsabilidad universal de defensa y cuido del vital ambiente natural –a fin de que siga siendo el sustento y disfrute de todos !
Responsabilidad universal que como ha dicho el Dalai Lama es parte esencial de nuestro deber-Ser; y por tanto una parte consustancial de la fe budista que él tan prominentemente representa….La cual ha reivindicado a lo ambiental-ecológico más que lo que lo ha hecho la conocida práctica del cristianismo hasta ahora. Dos mil quinientos años atrás, Gautama, el fundador del budismo, alcanzó su iluminación espiritual bajo un acogedor noble árbol ! -algo no accidental y de emblemática significación. Y en todos los expositores del budismo han sido comunes señalamientos como del siguiente del mismo Dalai Lama –muy similar por cierto a las nociones indígenas: “Nuestro compromiso con la no violencia aplica no sólo a los seres humanos sino a cualesquier otra criatura que sienta, y a todo otro ser viviente con espíritu. Si pensamos en nuestro planeta como nuestra gran Madre Tierra, automáticamente ha de preocuparnos el ambiente. La Madre Tierra en muchas formas nos está diciendo que nos estamos portando mal y advirtiéndonos que nuestras acciones tienen un límite”. En una visita personal que hiciéramos años atrás al Reino Budista de Buthan pudimos constatar cuan en serio se tomaban allí dicho tipo de prédica, al constatar incluso la vigencia de leyes que penalizaban hasta el matar insectos !
Del Islam podemos destacar sentencias de su profeta Muhammed como las siguientes “El mundo es verde y hermoso y Allah (Dios) te ha designado su custodio”…Un claro mandato para todos los hombres, y en particular para el linaje de gobernantes proveniente del Profeta. Dicho linaje fue inicialmente conocido con el título de “Califas” -el cual significa precisamente “custodios de la sabiduría y patrimonio de la Creación” ! Cabe preguntarse hoy hasta qué grado los potentados gobernantes en el Medio Oriente que mantienen su poder sobre una incesante devoción a una explotación tan dañina para el ambiente como la petrolera, y al mismo tiempo dicen ser fieles al Profeta o “califas” realmente lo sean en cuanto a lo anterior!
En el judaísmo y expresiones místicas del mismo, se resalta la central metáfora del Árbol de la Vida como resumen de la evolución de la vida desde su origen hasta su re-encuentro con Lo Supremo -en una eterna circularidad. De hecho en dicha tradición a la Torah –la fuente escritural suprema del Judaísmo- se le ha llamado Etz Chayim ó “Árbol de la Vida”! El árbol en si ya es un gran paradigma de la -siempre bien dispuesta, amplia y sin límites- misericordia y bondad de Dios. Como Dios, el árbol da siempre, en forma generosa y sin límites, su sombra y frutos a todos los que se le acercan ! –independientemente de su aspecto o credo,. Incluso hasta a los que vienen a tirarle piedras o segarlo con una hacha ! Las principales fiestas religiosas en el calendario judío están exquisitamente referidas al tránsito de las estaciones del año. Y en el Nishmat se dice: “El aliento de todo lo que vive Te alaba, oh Señor Dios. Dios de todas las Criaturas”.
En el gran conjunto de religiones o espiritualidades ancestrales africanas lo ecológico o ambiental corre como un común hilo conductor. En el antiguo Egipto (tierra que también mucho tuvo que ver por cierto con las raíces del cristianismo) la espiritualidad rendía especial reverencia a Maat: el principio femenino natural; similarmente reverenciado en el resto de África como “Madre Tierra” con distintos nombres…noción en torno a la cual toda actividad humana en este mundo debía organizarse o subordinarse. Ello sin desmedro de la conciencia de que la Madre Tierra -y todas sus múltiples manifestaciones- en definitiva eran parte de un mismo Ser Supremo -que lo englobaba todo -cualesquiera que fuera la denominación que se le quisiera dar a éste ! Por lo tanto el descalificador “politeísmo” que los conquistadores europeos de “el Dios único” querían atribuirle en forma irremisible a las espiritualidades africanas frecuentemente no era tal; sino en verdad manifestaciones o expresiones intermediarias hacia un –también- mismo Ser Supremo !….En verdad, siempre ha sido el mismo Creador para todos –dentro de su diversa manifestación. Es lo que ha sido la noción de Ometeotl como el principio rector final único en el caso de los aztecas o nahualt en Mesoamérica; ó la noción de Pia como la divinidad central para los pemones; de Wakan Tanka o El Gran Espíritu para el caso de los indígenas norteamericanos: y de Brahman para el caso del -aún más profuso- aparente “politeísmo” de los hindúes.
En el caso del hinduismo, hoy practicado por cerca de unos 800 millones de personas en el Asia del Sur, y de una edad muy antecesora del cristianismo, se trata de otra espiritualidad la cual desde sus orígenes siempre ha ostentado un profundo respeto por el ambiente natural y todas sus criaturas….Así, es muy común que en “el panteón hindú” animales, plantas y aun rocas tengan también a veces papeles protagónicos en la causa espiritual –muy similarmente a las culturas indígenas. De hecho todas las grandes enseñanzas seminales del hinduismo, contenidas en sus escrituras sagradas los Vedas, fueron concebidas por ermitaños meditando en pristinos bosques o ambientes naturales: los célebres rishis. La integración con lo ambiental o ecológico permea todas las facetas de la civilización hindú –por miles de años junto con la China faro para Asia y el mundo ! En su la tradición terapéutica de la Ayurveda, el antiguo tratado milenario del Charaka Samhita, dejo dicho: “Vive cerca de un ambiente natural y estarás libre de toda enfermedad”.
No se puede dejar de mencionar en este a vuelo de pájaro inventario de espiritualidades del mundo sensibles a lo ecológico al Taoísmo. A la espiritualidad de El Tao, la cual prosperó sobre todo en lo que hoy se conoce como China, se la ha llamado también “El Camino” ó “La Vía de Dios”. En todo caso, se trata de un saber exquisitamente conectado como ningún otro con las enseñanzas del Orden Natural y sus ritmos…De allí la gran máxima taoísta que lo resume así: “El hombre se rige por la tierra. La tierra se rige por el cielo. El cielo se rige por El Tao. Y el Tao, no teniendo por que más regirse, se rige por el Orden Natural” ! El Tao, pues, como pináculo de sabiduría se rige por el Orden Natural, el Orden de El Todo u Orden de Dios,
La crisis ambiental o ecológica se ha convertido en la crisis de fondo de la gran calamitosa crisis mundial que confrontamos. El desquiciamiento o deterioro acelerado de la tierra que nos alimenta, del agua que es nuestra simiente, del equilibrio de luz y temperatura del cual hemos dependido, del aire que respiramos, y del espacio vital que necesitamos, amenaza hoy con un exterminio de nuestra especie y todas las demás, y de la vida toda en el planeta!
Lo indican todas las señales; y está a la vista. Pero la mayoría de los actuales seres humanos no parecen verlo o querer verlo –cuales fatalistas suicidas…Por lo cual, cabe pensar que no es un asunto de razón, sino de alienación. En el fondo, se trata por tanto de una gran crisis de valores; en el pensar y el sentir; una crisis de espíritu !
Está claro que para salvarnos de la actual debacle ambiental, ningún mero cambio de regímenes políticos o económicos que mantenga su adherencia al mismo paradigma depredador o contaminante del ambiente, lo logrará. Más allá de capitalismos o socialismos, en el fondo desoladoramente en “un más de lo mismo “en tal sentido, lo que se requiere es de un real Cambio de Civilización! Con otros patrones de consumo, producción y tecnológicos;,. Y en suma con otra forma de valorar el Bienestar y la Riqueza ! Otra visión del mundo, pues; para un Mundo Nuevo…Donde lo ambiental, la salud y la calidad de vida; centrados en el respeto del Orden Natural y lo Espiritual; sean lo central !!
En tal tarea, un objetivo inmediato es redefinir las ideas motrices e indicadores que conduzcan la mencionada revaloración. Ante lo cual, existen ya unos cuantos variados pero convergentes enfoques o propuestas, con miras a desmontar el insensible economicista sistema del PTB en favor de otro sistema donde se priorice un verdadero bienestar. Solo para dar algunos ejemplos: los buthaneses han sugerido substituir al PTB por un PNF ó Producto Nacional de la Felicidad como la nueva gran meta; desde las culturas indígenas suramericanas se ha sugerido como estandarte el concepto de un real “Buen Vivir” -vale decir: vivir según el Orden Natural; y varios organismos internacionales desde hace tiempo han venido trabajando en sistemas de nuevos indicadores de calidad de vida y de sensibilidad ecológica y ambiental para el nuevo mundo más sustentable.
Se trata de una vital agenda; natural para todo organismo de investigación y acción que desde la multiculturalidad y espiritualidad pretenda aportar también a dichos nuevos indicadores de bienestar –universales, y también culturalmente específicos según ese necesario.
Tarea que a su vez también debería tener en cuenta lo siguiente: i) mantener en todo momento un enfoque de investigación y acción vinculado a lo vivencial y lo espiritual; a fin de que los discernimientos de la cabeza vayan siempre acompañados con los del corazón, lo existencial y lo ético -como garantías de una correcta dirección ii) a la par de todo gran propósito de proyección nacional e internacional, mantener también un compromiso de asistencia a la solución de la problemática del entorno local y del prójimo inmediato (seres humanos y vivientes todos incluidos).
A la luz de todo lo antes expuesto en este artículo, se requiere, pues, en resumen, de un urgente dialogo y cooperación entre las culturas del mundo para lograr la imperativa nueva visión del bienestar y nuevo mundo. Lo cual sólo será posible en la medida en que lo común nos convoque. Y ello puede encontrase en la inquietud por preservar un común vital ambiente natural en peligro, así como en nuestro común carácter de hijos de un mismo Creador. En lo cual a su vez deberían de jugar un papel clave las diversas grandes genuinas religiones o espiritualidades en que se han basado en el fondo las distintas grandes culturas del mundo. En el fondo, un tesoro diverso de una misma Creación y un mismo Creador !
Reproducido de la versión publicada en el portal Analitica.